martes, 26 de abril de 2011

Realidad Virtual

- "¿Crees en el destino?"

- "No"

- "¿por qué no?"

-"No me gusta la idea de no poder controlar mi vida."


El anterior es un fragmento de un dialogo presentado en la película “The Matrix”, entre los personajes Trinity y Neo. La idea de poder controlar nuestro futuro y nuestras acciones puede resultar atractiva para algunos y preocupante para otros un poco menos decididos. Los cierto es que existe un punto común y se trata de poder traer a la realidad nuestras ideas y deseos, nuestras realidades soñadas. A todos nos gustaría poder viajar por el mundo, ser millonarios, experimentar el sueño de volar, o simplemente recrear una acción o un espacio determinado. Precisamente teniendo en cuenta estas ideas busco exponer una perspectiva personal sobre el enorme avance e influencia que tiene este campo (El de la realidad virtual), el cual si bien pasa casi desapercibido la mayor parte del tiempo, sus efectos son más notorios y versátiles.


En primer lugar se hace necesario tener una idea más clara sobre lo que estamos hablando, por lo cual por supuesto es necesario obtener una definición oficial:


La Enciclopedia Británica la define como: La utilización de la modelación y simulación que habilitan a la persona a interactuar con una visión tridimensional o a través de sensores ambientales. De tal forma que las aplicaciones sumergen o emergen al individuo en ambientes generados por computadora que simulan la realidad a través del uso interactivo de estos dispositivos, los cuales envían y reciben información.


La realidad virtual (RV) es una simulación tridimensional generada o asistida comúnmente por computadora de algún aspecto del mundo real o ficticio, en el cual el usuario tiene la sensación de pertenecer a ese ambiente sintético o interactuar con él. La RV permite interactuar con mundos tridimensionales de una manera más natural, por ejemplo, un usuario puede realizar acciones dentro de un modelo virtual, desplazarse, moverse, caminar a través de él o levantar cosas, y de esta forma experimentar situaciones que se asemejan al mundo real.[1]


A partir de las definiciones anteriores quedan claros algunos aspectos básicos, como el que se refiere a “… el usuario tiene la sensación de pertenecer a ese ambiente”, también existe un hecho que no queda de manifiesto con las definiciones, y es que por ejemplo, un radar es un sistema de realidad virtual, ya que abstrae una característica del mundo real y la muestra a través de una pantalla. Habiendo explicado un poco mejor el rango en que puede moverse el campo de la realidad virtual, es tiempo de pasar a los hechos que corresponden con el presente texto. Inicialmente la realidad virtual tiene su concepción como un método mucho más seguro de efectuar algunos procesos, como el entrenamiento de pilotos por ejemplo, en el cual se emplean sistemas de realidad virtual completamente inmersivo (hacen que la persona se sienta dentro de esa simulación), y es que es precisamente ese el objetivo de la realidad virtual: hacer que la persona no encuentre diferencia entre una simulación hecha por una computadora y la realidad.


Si aún existen dudas de la velocidad con que crece este campo, solo necesitamos recordar la oleada actual en cuanto a entretención se refiere: cinemas 3D, Imax, Televisores 3D, consolas de videojuegos y aditamentos para los mismos que permiten un mayor realismo al interactuar con un juego o aplicación concreta. También existe otro hecho ¿a quién no le gusta la idea de sentirse dentro de un video juego, película o programa favorito? Es difícil negarse a tal tentación.

Por supuesto la idea no se trata de satanizar una tecnología de este tipo, sino de verla con ojos críticos y revisar sus verdaderas utilidades (o fines poco éticos detrás de esas utilidades). ¿Acaso no podría esta herramienta convertirse en un método de control social? Es difícil discernir entre un fin real y uno virtual (uno que nos guste y con el cual todos estemos de acuerdo).


Actualmente la realidad virtual lleva su campo de investigación hacia el cerebro humano y la forma como este interactúa con el mundo real y almacena información. En este caso se trata particularmente de la neurociencia y el estudio del neocortex; capa de nuestro cerebro que controla procesos como nuestras emociones y capacidad de hablar. Es curioso como para el estudio se requiere una supercomputadora que emule solo una parte de nuestro cerebro, pero que a la larga ese estudio tiene como objetivo poder implantar sistemas computacionales en nuestro cuerpo que puedan hacernos sentir más dentro de una realidad virtual, eliminando así la diferencia entre lo real y lo virtual.


Al mismo tiempo existe otra cara de la moneda hablando tan solo de este estudio, y es la implementación de sistemas computacionales en nuestro cuerpo con el fin de suplir una carencia física, como la pérdida de un ojo por ejemplo, siendo reemplazado por una cámara. En este caso estaríamos hablando de obtener una interpretación del mundo real a partir de las computadoras ¿una realidad virtual de lo real?


Lo cierto es que el avance en este campo no se detendrá y siempre encontrara una nueva excusa para explorar nuevas posibilidades que permitan eliminar la frontera entre lo real y lo virtual. Ahora la pregunta es: ¿Qué tan lejos nos encontramos realmente de la ficción planteada en la película mencionada al inicio de este texto? ¿Es realmente algo que solo puede suceder en las películas de Hollywood, o por el contrario la realidad supera a la ficción?